Ciudad de México, México.- Julia Pastrana, quien fuera llamada la mujer simio, está a un paso de regresar a su tierra natal: Sinaloa.
La Universidad de Oslo, que resguarda los restos de la indígena desde 1996, ya dio su visto bueno para que sean devueltos a México, lo que derriba el principal obstáculo para su regreso.
En 1969, el empresario noruego Hans Jaeger Lund quiso hacer creer que el Gobierno de México le había ofrecido una gran suma de dinero por el cuerpo embalsamado de Julia Pastrana. Para que un coleccionista estadounidense mejorara su oferta, inventó que le construirían un mausoleo en la capital del país.
Después de más de 90 años de permanecer en Noruega, tras ser comprada en 1921 por el fundador de una dinastía de empresarios de feria, Haakon Jaeger Lund, para exhibirla en una "cámara de los horrores", la Universidad de Oslo y su Facultad de Medicina han decidido autorizar que los restos de Pastrana sean enterrados en México, informó a REFORMA su asesor de Comunicación, Stein Roar Fredriksen.
El dictamen de la institución, que resguarda los restos de la Indescriptible en la Colección Schreiner desde 1996, se produce después de que el Ministerio de Educación e Investigación de Noruega le pidiera el 10 de febrero reevaluar la necesidad de conservar su cuerpo con propósitos científicos. Desde ese momento, el Ministerio anunciaba que, si era esa la conclusión, no se oponía a su entierro.
El 31 de octubre, REFORMA dio a conocer la historia de Pastrana, olvidada en un sarcófago durante 16 años sin que ninguna institución solicitara su estudio ni la Universidad promoviera investigaciones sobre sus restos.
Fredriksen señaló que antes de proceder a la entrega del cuerpo se integrará un expediente con muestras de tejido que serán almacenadas en el Instituto de Ciencias Médicas Básicas. Los Comités Regionales de Ética para la Investigación en Medicina y Salud (REC) deberán aprobar este procedimiento en su reunión del 8 de mayo.
De acuerdo con el titular de la Colección, Per Holck, la mayor parte del cuerpo de Pastrana es artificial. Se ignora si es posible tomar muestras de ADN del rostro apergaminado, ya sin barba tras años de maltrato, e incluso se desconoce la técnica usada por el ruso J. Sokolov para embalsamarla en 1860.
La mujer mono, como era conocida en Noruega, padecía una combinación de hipertricosis generalizada congénita terminal con hiperplasia gingival.
Nacida en 1834, dejó Sinaloa a los 20 años de edad para exhibirse en las ferias y circos de Estados Unidos y Europa, donde se hizo famosa. Su cuerpo cubierto de vello oscuro y una mandíbula deformada que le daba aspecto de simio contrastaban con su talento para el arte: cantaba, bailaba y tocaba la guitarra y la armónica.
A la decisión de la Universidad de Oslo se agrega una carta enviada en marzo por el Gobernador de Sinaloa, Mario López Valdez, sumándose a la iniciativa de la artista Laura Anderson Barbata, que busca lograr la vuelta de Pastrana a México. El documento solicita al titular del Comité Nacional de Ética para la Investigación de Restos Humanos en Noruega, Hallvard J. Fossheim, la entrega del cuerpo para ser enterrado en el Estado.
"En este momento histórico social, que sus restos vengan a Sinaloa nos brinda una gran oportunidad de manifestar el respeto por la vida, la dignidad humana y el sentido de justicia", aseguró la directora del Instituto Sinaloense de Cultura, María Luisa Miranda, encargada de los trámites de repatriación.
Miranda dijo que acudirán a la SRE para solicitar el reclamo del cuerpo a través del Programa de Apoyo para la Repatriación de Cadáveres a México. "Sé que con la voluntad de nuestro Gobernador se dispondrá lo necesario para su regreso".
Un grupo de historiadores del Consejo de la Crónica y del Archivo Histórico de Sinaloa, agregó, ha sido comisionado para hallar su acta bautismal o documentos oficiales que remitan al lugar donde nació, que algunas versiones sitúan en la región de Ocoroni, en el Municipio de Sinaloa.
A lo largo del último medio siglo, la Indescriptible fue varias veces objeto de debate en Noruega. En 1973, el Obispo de Oslo Reidar Kobro solicitó que sus restos fueran enterrados, pero su último dueño, Bjorn Lund, quiso conservarla.
Tras su desaparición y posterior hallazgo en 1990 en el Instituto de Medicina Forense de Oslo, en 1994 se dio la orden de sepultarla, pero la decisión fue revocada por el entonces Ministro de Educación e Investigación Gudmund Hernes. Pastrana era una "curiosidad médica" que debía ser preservada.
Ahora, después de haber sido explotada durante más de un siglo por una cadena de dueños que inició con su marido, el empresario Theodore Lent, y 16 años de olvido en una colección antropológica, recupera su condición de persona para ser enterrada en México.
Buscan a hijo
Julia Pastrana falleció a los 26 años en Moscú, cinco días después de dar a luz a un niño que heredó su enfermedad y murió a las 35 horas de nacido. Ambos fueron embalsamados y expuestos hasta que Noruega prohibió en 1973 la exhibición de cuerpos humanos.
En agosto de 1976, unos ladrones destrozaron la momia del pequeño y lo arrojaron después a una zanja, donde se dijo que fue devorado por las ratas. María Luisa Miranda, directora del Instituto Sinaloense de Cultura, informó que abrirán una línea de investigación para determinar qué sucedió con el niño, y de ser hallados sus restos, solicitar también su repatriación.
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